
Suficiente habrá vivido el viento en tu cabeza
para saciar de amores tur jardines,
quedaran cegadas las palabras,
callaran las miradas como lamparas
de gritos manchados de prejuicios.
Tus besos: manojos de pétalos encorbados
cambiaran mi corazón por cemento
y las arterias por espinas con aliento ebrio.
Dejaré de llamarte amante, amado
delirio deseado por mi copa vieja
al regresar los ojos al pasado
llegaran los pergaminos que sembramos.
Los escorpiones escupiran arrugas,
hasta dejarte lejos y encontrarme loca
lavando con mis ojos la tristeza.
Despojarás tu ropa con agujas,
deseando que el juguete
guardado entre tus piernas,
sea el arma poblada por mis manos.
Katheryn Rivera